Las startups en fases iniciales son un activo que puede generar rentabilidades muy superiores a cualquier otro, pero también conlleva un riesgo elevado. De entre todos los proyectos publicados, es probable que haya varios que no consigan sus objetivos y que la empresa tenga que presentar concurso de acreedores y ser liquidada.
En este caso, los inversores normalmente pierden el capital invertido. Pero la responsabilidad está limitada a ese capital invertido, es decir, que no se puede perder más.
Por este motivo, nuestra recomendación es invertir en varias compañías para construir una cartera diversificada, en la que las mejores inversiones compensen sobradamente el dinero perdido en proyectos que no han funcionado.